04 febrero 2012

Lugares miticos chicheros: Carpa Grau, Lucero Sta. Anita, Cerro San Cosme y Pasaje Bondy


Un CD del sello Infopesa grabado por John Lopez y titulado "Carpa Grau, 30 exitos de oro de la cumbia peruana" y dedicado a ese mitico local. Los grupos del CD son: Grupo Celeste, Cuarteto Continental, Chacalon, Los Shapis, Grupo Guinda, Grupo Maravilla y Pintura Roja.



Una foto de un homenaje a Chacalon en la mitica Carpa Grau, estaba situada en el centro de Lima y fue el fortin de Chacalon y La Nueva Crema durante muchos años.



El famoso Lucero Santa Anita en Lima, donde Chacalon dio numerosos conciertos en los años 80 y 90. Lugar de peregrinacion de Chacaloneros. Un sitio legendario para fans de la chicha. 









El mitico Pasaje Bondy, lugar donde se daban cita los aficionados y los grupos de cumbia y chicha mas famosos de los años 70 y 80.



El cerro San Cosme en el distrito de La Victoria en Lima. Lugar de provincianos pobres y humildes pero en su mayoria buenas personas y fans de Chacalon. De ahi, del Cerro San Cosme vino la inmortal frase de "cuando Chacalon canta los cerros bajan..." en alusion a sus multitudinarios conciertos frecuentados por los sectores mas populares de la ciudad.





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LA MITICA CARPA GRAU, REFUGIO DE CHACALONEROS!!

‘Chapulín’ y ‘Vico’ pitean porque construirán centro comercial
  27/07/2009

‘Chacalón’ hizo su fortín en este local ubicado en el Centro de Lima.
Chicheron lloran por la carpa Grau 




  ‘Chapulín’ de Los Shapis y el ‘Rey Vico’ y su grupo Karicia expresaron su pesar, porque La Carpa Grau, donde protagonizaron los eventos cumbiamberos masivos más representativos de su larga trayectoria artística, fue vendida para construir un centro comercial.
“La carpa era clásica, nos presentábamos todas las semanas y la gente ya sabía que ese era el lugar de encuentro de los mejores exponentes de cumbia. Lamentablemente, en los 90, los grupos evangélicos empezaron a alquilar la carpa, daban por ella sumas exorbitantes de dinero que nosotros no podíamos pagar”, recuerda ‘Chapulín’.

El ‘Rey Vico’. El cantante no olvida que en La Carpa Grau protagonizó más de un mano a mano con el fallecido ‘Chacalón’. “Fueron etapas muy bonitas que jamás volverán. Era un lugar donde se reunían todos los cantantes de cumbia, y el público llegaba en mancha. Lamentablemente se perderá uno de los recintos musicales más representativos de la cumbia”, argumentó el cantante que se recupera de una fuerte inflamación de las amígdalas.





HISTORIA DE LA CARPA GRAU

CON USTEDES... LA CARPA GRAU:
Volver al pasado en la historia de la capital significa recordar la década de los ochenta, donde los mejores espectáculos circenses nacionales e internacionales compartieron el punto de sus presentaciones junto a las agrupaciones chicheras, salseras y cumbiamberas de momento, un unico  especial lugar.
La Carpa Grau, un terreno en La Victoria cubierto por una lona de circo, fue el espacio que albergó ambos tipos de diversión, desde los trucos y los malabares hasta las más interminables parrandas, que permitieron a las clases emergentes confirmar su identidad.
De propiedad de un importante empresario y corredor de autos, Ricardo Flores Chipoco, hoy después de varios años de haberse cerrado e incluso vendido, aún se recuerda lo que este lugar significó para muchos, lo bueno y lo malo. Con ustedes… La Carpa Grau.


HISTORIA Y ANTECEDENTES:
Ubicado en la esquina de la Av. Grau con Paseo de la República,  el terreno fue  en sus inicios la conocida maderera de la familia Dazo-Sanguinetti. Algún tiempo después, ya en la década de los sesenta, la familia Gildemester, propietaria en ese entonces al cien por ciento del espacio, decide incursionar en el negocio de los circos trayendo al primero de los tantos que llegarían a desplegar su magia y su alegría durante épocas festivas.
Los Hermanos Gasca, el Mónaco, Tihany Circus y otros fueron sólo algunos de los que desplegaron su magia haciendo que lo blanquirojo de julio  y agosto se vea mezclado con lo multicolor de las diferentes carpas, cuenta Ricardo Flores Chipoco, quien al observar que este era el lugar perfecto para este tipo de actividades decide comprarlo en 1971 para arma su propio imperio circense, luego de haberlo estado rentando durante un año. 4651 mts cuadradoscasi el total del terreno, le  sirvieron al conocido empresario que comenzó a trabajar con los circos en 1965 revendiendo entradas como una forma de obtener dinero junto a unos amigos.
Yo era chico, más o menos unos 16 años, y vendía entradas que, por poner un ejemplo, yo compraba a un sol y las revendía a cinco –Cuenta Flores recordando sus inicios. Cuatro años después de su primer contacto con los malabares y los payasos, Flores Chipoco, en 1969, incursiona como productor trayendo por sí mismo al lugar de la Av. Grau su primer circo, el American.
La Carpa Grau como el espacio de los conciertos en donde diferentes tipos de música, en especial la cumbia, la chicha y la salsa, eran los encargados de amar las fiestas populares data de los años 1985-1990, cuando Jorge Lozano, un importante  productor musical, le propone al absoluto dueño de la carpa, organizar fiestas con artistas importantes y representativos para las clases emergentes.
Dichas fiestas debían ocupar la carpa durante la temporada en la que los circos cerraban los espectáculos en la capital. Una plataforma de tierra y dos escenarios junto a la música, terminaron por convertirse en un solo icono para los provincianos que llegaban a la capital y que necesitaban encontrar un espacio en el cual era posible divertirse, descargar emociones y que los hiciera sentir identificados y cómodos en una ciudad que no era la suya.
La ubicación estratégica del lugar, en pleno centro de Lima, y el tamaño del mismo, hicieron de la Carpa Grau un espacio adecuado e importante para realizar cualquier otro tipo de actividades, por lo que un tiempo después, el lugar era alquilado también a las iglesias evangélicas para realizar sus cultos de forma masiva. 
De día era la iglesia evangélica y de noche la verdadera parranda. Cuando eso ocurría y apenas terminaban las misas, mis empleados limpiaban el lugar y guardaban las sillas. La historia de la Carpa Grau y su auge se determina años después, cuando Ricardo Flores Chipo decide cerrar el local a fin de evitar su total devaluación, debido a los problemas que presentaba la zona: borrachos, prostitución, peleas, etc.


LAS BANDAS:
Eran buenas épocas y nuestra música podía jalar multitudes  –Cuenta Jaime Moreyra, integrante de Los Shapis, quien junto al Grupo Guinda, Chacalón y otros artistas del momento, lograron armar un mundo aparte para aquellas personas que aún extrañaban las provincias que dejaron para venir a Lima. 
Cuando los productores musicales le propusieron a Ricardo Flores hacer conciertos en su carpa, sabían que las letras que hablaban de exclusión, marginación y desamor junto a la cerveza y el baile serían la fórmula perfecta para sacar adelante lo que parecía sería un gran negocio, y lo fue. La identificación que sentían muchas de las personas con lo que sus artistas cantaban, realidades semejantes de los provincianos, eran el gancho perfecto para que la Carpa Grau y sus espectaculos generen más ingresos. 
Cuando la Carpa Grau inicia sus fiestas y los productores que la alquilaban comienzan a promocionarla, ya la musica denominada cumbia andina dominaba cierto sector de la Lima que muchos consideraban marginal, ya que incluía a las mujeres que trabajan en el servicio doméstico, los ambulantes, los albañiles, todos los inmigrantes que tenían una tradición diferente a la de la capital. Cualquiera que se sintiera excluido y nostálgico.
Los Shapis le cantaban a los ambulantes, su música era más sana; sin embargo, Chacalón llevaba un mensaje más fuerte, sus temas eran más realistas, plasmaba lo que sufría el migrante al estar aquí, mucha discriminación a veces –Explica José Irey dueño de Radio Inca, en ese entonces, un medio de difusión importante para los eventos de cumbia y chicha.
El grupo Génesis, Grupo Alegría, Los Geniales, Vico y su Grupo Karicia, Los Shapis, Chacalón, incluso Aguamarina, que llegó algún tiempo después, fueron, sin duda, las estrellas del lugar. “Todos en algún momento tuvimos que hacer fusiones con nuestra música, tomar algo del estilo de los otros para mantenernos dentro de la carpa”, cuenta José Quiroga, integrante de Aguamarina. 
La Carpa Grau se caracterizó por sus famosos duelos. El “mano a mano” que los productores se reunían a organizar colocaban frente a frente a los artistas más pedidos, la carpa parecía reventar con tanto público.


UNA NOCHE EN LA CARPA GRAU Y SU GENTE:
Los viernes y sábados la carpa era un espacio de salsa y otros géneros de música que no incluían ni la cumbia ni la chicha. Los domingo y, en ocasiones, los lunes era para las parrandas 
cumbiamberas y chicheras  –afirma Juan Simeon más  conocido como Chapulín el dulce, de Los Shapis.
El día escogido para programar estos eventos eran, mayormente, los domingos, día en que las empleadas del hogar o cualquier otro trabajador podían tener libre. Las fiestas se hacian para emezar sobre las 3 o las 4 de la tarde hasta las 3 de la noche aproximadamente.
Casi doce horas en los que muchos, además de bailar y tomar, dejaban aflorar sus  más profundos  sentimientos. Desamores, penas, olvido y traiciones  que junto al alcohol podían generar grandes peleas en medio de la pista de baile. Muchos artistas como Los Shapis podían en varias controlar estos incidentes, sin embargo, se hicieron tan frecuentes que comenzar a devaluar la chicha hasta identificarla como música para pandilleros y delincuentes de la zona.
En la carpa no había sillas. Siete mil personas paradas frente al escenario entre cajas y botellas de cerveza coreaban sus canciones favoritas. Cada grupo podía tocar una hora y media, y una vez que todos los grupos programados para ese día habían ya pasado por el escenario, los animadores anunciaban la segunda ronda. Y todo comenzaba de nuevo.
Según muchos, la Carpa Grau perdía la magia de los circos para convertirse, durante las interminables parrandas en un local violento y de mal vivir que no contaba ni siquiera con servicios higienicos, llevando a las personas a orinar alrededor; frente a lo cual, Ricardo Flores Chipoco asegura que esa carpa que él alquilaba contaba con todos los servicios, pero que por obvias razones, demasiada gente, estos no se abastecían.
Quien tenía más cajas de cervezas arrumadas eran los provincianos que ya en Lima se estaban forjando una vida  “digna”. En la carpa llegaron a la gente de los pueblos. No habían diferencias, lo de quince o diecinueve podían estar junto a los de setenta años. A todos los unía la música y el ambiente. Muchas familias con buenas costumbres acudían al lugar cuando aún este no se había malogrado. 
A la carpa llegaban los provincianos  que sentía estrecha relación con la música, como si esta los llevara a sus tierras. Imagino que emociones se mezclaban con la bebida y las dificultades de la vida, entonces se veían brazos cortados, vidrios rotos, golpes, peleas por infidelidades. Todo comenzó a decaer por los noventa. La música estaba cayendo y la carpa con ella, aunque con la radio siempre tratábamos de sacar lo positivo –cuenta José Irey.


EL FINAL DE LA CARPA GRAU:
La zona en la que estaba ubicada la Carpa Grau se convirtió en un lugar que albergaba delincuencia, pandillaje y prostitución. Las fiestas en la carpa cada vez terminaban peor y la fama de que ahí se reunía gente de mal vivir terminó por sepultar el negocio que durante muchos años le propinó mucho dinero a Ricardo Flores y  a productores como Jorge Lozano. 
Comienzan a aparecer nuevo lugares que albergaban a los grupos de chicha y cumbia ubicados en la carretera Central o distritos como el Rímac, San Juan de Lurigancho, etc. La Carpa Grau, a pesar de todo, seguía en sus plataformas recibiendo a los circos que su dueño traía; no obstante, el mal nombre que había adquirido el local no beneficiaba para nada al negocio circense de Flores, que había comenzado a alquilar otros espacios para estos espectáculos.
El lugar se estaba devaluando y tenía muchos conflictos. Al comienzo sabía que existían dichos acontecimientos, sin embargo, era un buen negocio. Luego decidí cerrarlo, ya no era tan 
indispensable –cuenta Ricardo Flores.
En 1996, con el local y  la zona ya bastante deteriorada, Ricardo Flores decide cerrar definitivamente la Carpa Grau causando bastantes sentimientos encontrados en muchos de los artistas que ahí trabajaron. En realidad, dio mucha pena y nos tomó por sorpresa que se cerrara definitivamente y más aún enterarnos que construirá ahí un centro comercial. Ese era el lugar en donde se difundía música, música del pueblo –Comenta José Quiroga.
Ricardo Flores cuenta que en el 2009, por un pedido de su hijo como una forma de apoyarlo para hacer negocios, decide ponerle un precio al loca que le dio todo lo que hoy tiene. Nunca imaginó que el precio sería aceptado de manera casi inmediata. Después de treces años de estar cerrada, la Carpa Grau ahora se convertirá en el Megacentro Plaza Grau.


LO QUE SIGNIFICO LA CARPA GRAU:
Según Santiago Alfaro, sociólogo de profesión, la Carpa Grau es recordada como quizás en algún momento nosotros recordaremos el estadio de la universidad San Marcos. Un lugar que con cada uno de conciertos es capaz de reunir gente con una misma manera de pensar que confirman su identidad mediante la música que escuchan. Ese fue el verdadero fenómeno de la Carpa Grau, uno de los más grandes lugares para que la gente emergente pudiese sentirse a gusto, no obstante, ese no fue el único. Alfaro afirma que es posible que tenga más presencia en los recuerdos de las personas porque estaba ubicado en un lugar céntrico, junto a terminales de bus, lugares de comida, etc.
De acuerdo a sus propias palabras, la cumbia y la chicha no fueron músicas exclusivas de los migrantes, sin embargo, fueron ellos los que más se identificaron y la tomaron como propia. Con el paso del tiempo esta música ha tenido altos y bajos. Se hundió un poco durante la época de la Carpa Grau pero está volviendo a surgir y ahora parece que está logrando librarse de la etiqueta de “música para clase emergente”.

6 comentarios:

  1. Buen post amigo. Es una pena realmente que se hayga cerrado ese lugar tan importante para la chicha en nuestro Peru.

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  2. BUENOS DIAS, SOY ITALIANO, LO MAS MALO Y NEGATIVO ES QUE EN MI QUERIDO PERU, AY GENTE PANUDO, QUE TE APUNTA COMO FORANCHO O MALIANTES, SI ESCUCHAS CHICHA O CUMBIAS, YO ADORO LA CHICHA, LA SIENTO MUY SENTIMENTAL,CONOZCO A MEMORIA CASI TODO DE CHACALON,VICO, NECTAR, ECOS, NENES, DESTELLOS Y MUCHOS MAS, SALUDOS DESDE ITALIA, ACA ES TIERRA DE CUMNIA, W EL PERU CARAJO !!!!!!!!! Ps ESTA PAGINA ES MERAVILLOSA !!!!

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  3. TODO LO QUE DICEN ES FALSO. SI BIEN LA CARPA GRAU NO EXISTE, ACTUALMENTE SOLO ES UNA PLAYA DE ESTACIONAMIENTO NADA MAS. DESPUES DE 5 AÑOS, SIGUE ESTANDO DESOLADO EL TERRENO DE LA CARPA GRAU.

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  4. Adoro la cumbia y hoy a mis casi 50 años en todo espacio de saco y corbata Guinda Guinda Purita calidad Carajo,,, Carpa Grau frente a mi primer trabajo Local Teatro La Cabaña Policia Municipal de Lima

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  5. nunca debieron sacar la carpa grau,era el mejor sitio de descanso de los fines de semana para gente que la queria pasar bien y ahora me salen con esto ¿ puede ser posible ?

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